Red Eléctrica de España (REE) registró un "cero nacional" -denominación que se da al apagón generalizado- en el sistema, una situación que nunca se había producido antes, según confirmaron expertos y autoridades en materia energética.
El consumo energético español paso solo en unos minutos de 25.184 a 12.425 megavatios (MW).
Áreas no peninsulares de España, como las islas Baleares y Canarias, no se vieron afectadas por el apagón.
Los datos en tiempo real de REE muestran que el servicio eléctrico nacional se iba recuperando lentamente a lo largo de la tarde y la noche.
Red Eléctrica calculó inicialmente que la recuperación completa del servicio podría tardar entre seis y diez horas, aunque en algunas zonas la reposición fue más ágil gracias al apoyo de operadores como la red francesa RTE, que aportó 700 megavatios a España.
Portugal, cuya red eléctrica importaba desde España un 33% de su consumo, vio caer su demanda de 8,16 gigavatios (GW) a apenas 0,6 GW, es decir, una desconexión del 93% de su consumo, según REN (Redes Energéticas Nacionales).
El sur de Francia también sufrió breves interrupciones, pero restableció el servicio rápidamente.
El apagón tuvo efectos inmediatos en los servicios básicos, desde internet hasta el consumo de gas.
El apagón provocó un colapso del transporte ferroviario en toda España: la compañía Renfe suspendió la circulación de trenes de largo recorrido, cercanías y alta velocidad (AVE).
Unos 35.000 pasajeros quedaron atrapados en más de 100 trenes y tuvieron que ser auxiliados por los servicios de emergencias.
Las redes de Metro de Madrid y Barcelona también suspendieron sus operaciones, mientras que la Dirección General de Tráfico (DGT) pidió evitar desplazamientos en carretera ante la falta de semáforos operativos.
El apagón de este lunes es descrito por expertos y autoridades como un
hecho sin precedentes por su extensión y su impacto simultáneo en todos
los sectores vitales: energía, transporte, telecomunicaciones y
servicios básicos.