Junto a la céntrica iglesia de la Merced de Ronda (Málaga), en el pasaje San Juan de la Cruz, se encuentra el convento del Corazón Eucarístico de Jesús de las carmelitas descalzas. El convento de la Merced cuenta entre sus tesoros con la mano incorrupta de la santa de Ávila. La famosa mano que según se cuenta conservaba el dictador Francisco Franco en su alcoba.
Lejos de ser una leyenda, la historia de la mano comienza a tomar interés en el año 1910 momento en el que la reliquia llega a España de mano de las carmelitas expulsadas de Portugal. Varios años más tarde y durante la Guerra Civil Española el bando franquista recupera la reliquia en Málaga desde donde es trasladada a Valladolid donde protagoniza una magna exposición de relicarios. El dictador Francisco Franco obtuvo una autorización eclesiástica para albergar el relicario en la capilla de la residencia del Palacio del Pardo.
La mano de Santa Teresa tuvo que esperar un año después de la muerte del dictador para volver al Convento de las Carmelitas de Ronda, donde está desde 1976. Son muchas las intenciones que las religiosas, ponen cada día desde entonces ante esta reliquia, y aseguran que la santa no las deja abandonadas.
El relicario que viajó con el dictador Francisco Franco hasta su residencia en el Pardo o cuando pasaba sus veranos en el Palacio de Meiras o el Palacio de Ayete, descansa hoy en una diminuta capilla del convento y todo aquel visitante que quiere contemplarlo, sólo tiene que pedir la llave en el torno y encomendarse a los favores de la monja más andariega.
Lejos de ser una leyenda, la historia de la mano comienza a tomar interés en el año 1910 momento en el que la reliquia llega a España de mano de las carmelitas expulsadas de Portugal. Varios años más tarde y durante la Guerra Civil Española el bando franquista recupera la reliquia en Málaga desde donde es trasladada a Valladolid donde protagoniza una magna exposición de relicarios. El dictador Francisco Franco obtuvo una autorización eclesiástica para albergar el relicario en la capilla de la residencia del Palacio del Pardo.
La mano de Santa Teresa tuvo que esperar un año después de la muerte del dictador para volver al Convento de las Carmelitas de Ronda, donde está desde 1976. Son muchas las intenciones que las religiosas, ponen cada día desde entonces ante esta reliquia, y aseguran que la santa no las deja abandonadas.
El relicario que viajó con el dictador Francisco Franco hasta su residencia en el Pardo o cuando pasaba sus veranos en el Palacio de Meiras o el Palacio de Ayete, descansa hoy en una diminuta capilla del convento y todo aquel visitante que quiere contemplarlo, sólo tiene que pedir la llave en el torno y encomendarse a los favores de la monja más andariega.